¿Sos consciente de los gastos que hacés de forma diaria? Seguramente te pase que gran parte de tus ingresos mensuales se van en cosas menores que desconocés porque vas pasando por alto. Te proponemos empezar por distinguir cuáles son estos tipos de gastos y clasificarlos.

Entendé en qué gastás tu dinero bajo un panorama mensual y organizado y, con este punto de partida, planeá tus metas de ahorro.

Empezá por objetivos a corto plazo, generá el hábito de ahorro con metas cortas y valiosas y, cuando logres conseguir resultados, proyectá objetivos de mayor dimensión. No es lo mismo ahorrar para cambiar tu celular que para comprarte una casa, ¿no? vamos paso a paso.

Organizadores de cuentas

Antes de empezar, te recomendamos que, por sobre todo, uses algún tipo de organizador de cuentas: si sos fanático del papel y lápiz, ¡adelante! sino, te aconsejamos usar una planilla de excel o que te descargues alguna aplicación de organización de gastos (hoy en día hay muchísimas alternativas).

Tomar conciencia de lo que gastás

Lo más importante para poder empezar a ahorrar, es saber distinguir un gasto primario de uno secundario.

¿Qué es un gasto primario?

El pago del alquiler, la factura de la luz y el gas, el pago de seguros, educación, salud, transporte público, compras en supermercado, ¡y no te olvides de las cuotas de tus tarjetas de crédito! Básicamente, son los gastos imprescindibles y en los cuales vas a tener que basarte para arrancar a organizar tus metas de ahorro.

¿Qué es un gasto secundario?

Pese a que son clasificaciones muy personales, seguro te encuentres con dos nuevos grupos: los gastos recurrentes y los gastos puntuales. En ambos casos, probablemente te des cuenta, de que muchos pueden ser eliminados.

¿Qué es un gasto recurrente?

Salidas a comer, el café de todas las mañanas, artículos de belleza u hogar que vas viendo por la calle, compras en kioscos de pasada, etc. Básicamente, estas son los famosas compras casuales en las cuales soles gastar al salir de tu casa y, sin darte cuenta, vas sumando un número.

¿Qué es un gasto puntual?

Un gasto puntual es sinónimo de que al ahorrar NO hay por qué cambiar tu estilo de vida ¡nunca dejes de darte un gusto! Algunos ejemplos de esto son: un acolchado, un mueble, unos almohadones, un juguete para tus hijos, decorativos de jardín, etc.

Formas de ahorro

Una vez definidos tus gastos y hechas las clasificaciones, vas a llegar a un número aproximado mensual: tu porcentaje de ahorro. En este momento más que nunca, vas a tener que definir con claridad cuál es tu meta y hacerte una sola pregunta “¿para qué estoy ahorrando?” si sentís que nunca pudiste hacerlo porque caes en la tentación o, simplemente te cuesta ver el dinero en tu cuenta sin gastarlo, lo mejor que podés hacer es invertir en un plazo fijo.

Si tu objetivo de ahorro es realmente válido y querés poder llegar a cumplirlo, vas a tener que incorporar el hábito, y por eso, te aconsejamos empezar por metas pequeñas como la compra de un celular, pintar tu casa, cambiar tu tele, etc. Cuando hayas cumplido con este primer paso y veas qué tan gratificante es poder gastar lo que tanto esfuerzo te significó, es hora de pasar a un próximo nivel y proponerte metas más desafiantes.

¿Dónde guardar el dinero de ahorro?

A donde sea que decidas guardar tu dinero, intentá nunca dejarlo quieto en tu caja de ahorro; como bien todos sabemos, la inflación crece constantemente y tener tu dinero sin ningún tipo de rendimiento, es empezar perdiendo la batalla.

Hoy en día, si no sabés invertir o incluso no te interesa, intentá mantener tu dinero en, por ejemplo, cajas de ahorro remuneradas que, sólo con depositarlo ahí, ya estás generando intereses. ¿Sabías que en Banco del Sol, nuestra caja de ahorro es remunerada? Si no sabés en qué invertir o qué hacer con tus ahorros, contá con este beneficio exclusivo que tenemos para vos.

Otra alternativa es un plazo fijo o un fondo común de inversión. Actualmente, hay muchas maneras en las que podés hacer rendir tus ahorros sin pérdidas y venciendo a la inflación en el camino.

Nunca pierdas de foco tu meta, recordá que sólo vas a llegar a cumplirla si tenés un objetivo firme por el cual estás trabajando y un hábito consistente. ¡La constancia es la clave del éxito!